BIOGRAFÍA DEL COMANDANTE MANUEL PIÑEIRO LOSADA
TRAYECTORIA REVOLUCIONARIA Y POLÍTICA
El comandante Manuel Piñeiro Losada, nació en la ciudad de Matanzas el 14 de Marzo de 1933; en el seno
de un hogar gallego en el que la dignidad y el decoro eran palabras de orden y que le acompañaron como
atributos personales hasta su muerte.
En los primeros años de su juventud se trasladó hacia los Estados Unidos, para estudiar en la Universidad
de Columbia. Fue allí, precisamente, donde se desarrollan sus inquietudes políticas y su rechazo a las
desigualdades sociales, la discriminación y el sometimiento de los pueblos del sur.
De regreso a su país, se convierte en fundador del Movimiento 26 de julio en su ciudad natal.
Inició sus actividades revolucionarias en 1954, participando en acciones de sabotaje tanto en esa provincia
como en la ciudad de la Habana, así como, en el envío de armamentos a la Sierra Maestra después que se
produce el Asalto al Palacio Presidencial.
Agotadas las posibilidades de actividad clandestina en el medio urbano, el Movimiento resolvió su
incorporación al Ejercito Rebelde, donde se alista como un combatiente más de la columna madre. En
ella‐logró sus grados, primero de tenienta y luego de capitán, de la única manera posible en que podían
conquistarse los ascensos en el escenario de la lucha guerrillera: con disciplina consciente, iniciativa,
capacidad de sacrificio y gran espíritu revolucionario y solidario.
En reconocimiento a sus méritos, fue elegido para integrar el grupo de combatientes que, bajo el mando
del Comandante Raúl Castro, se desplazó hacia el macizo montañoso oriental de la Sierra Maestra, para
abrir el segundo frente oriental “Frank País”. En este nuevo escenario, dentro de la guerra, cumplió
funciones de alta responsabilidad, como la de Jefe de la Dirección de Personal e Inspección, formando
parte de su comandancia. Participa en varias acciones bélicas llevadas a cabo por las tropas del Segundo
Frente Oriental.
Su actitud heroica, valiente y responsable hacen que en 1958, casi a finales de año, sea ascendido al grado
de Comandante del Ejército Rebelde.
A1 triunfo de la Revolución, tras la victoria de la Plaza Militar en Santiago de Cuba, provincia de Oriente.
Allí fue donde por primera vez los fotógrafos lograron captar su imagen, con la barba, que ya en la sierra
Maestra había originado su legendario apodo de Barbarroja.
Trasladado posteriormente hacia La Habana, fue fundador de los órganos de Seguridad del Estado y de la
Dirección General de Inteligencia, ocupando la Jefatura de está última hasta 1970, en que fue designado
como Viceministro Primero del Ministerio del Interior.
Durante los primeros años de trabajo, Piñeiro, tuvo que asumir, bajo la dirección del Comandante Ramiro
Valdés, la confrontación directa, con la brutal agresión imperialista hacia nuestro país, a través de los
sabotajes, atentados contrarrevolucionarios, asesinatos de nuestros combatientes y todo tipo de fechoría
encaminada a debilitar la naciente Revolución Socialista Cubana.
Desde su cargo y a lo largo de estos años anteriormente mencionados, organizó las direcciones de
Inteligencia y Liberación Nacional, e inició funciones en las que debió combinar sus responsabilidades
internas con importantes tareas internacionalistas.
En 1965, junto a su equipo de trabajo, estuvo a cargo de la preparación de la misión revolucionaria
encabezada por el Che en el Congo, y, posteriormente, la realizada en Bolivia. En ambas misiones Piñeiro y
quiénes laboraban con él, realizaron el trabajo con gran precisión en los complejos detalles técnicos de
ambas operaciones, permitiendo con esta eficiencia, que ninguno de los cubanos que se desplazaron
hacia Africa y los que después fueron a Bolivia, nudieran ser detectados por los servicios de inteligencia
norteamericanos y de los países que debieron atravesar durante el recorrido en estos viajes.
A1 crearse la dirección General de Liberación Nacional es designado su Jefe, hasta que en 1975 por
encargo del Buró del Partido, fundó el Departamento de América del Comité Central, presidiéndole hasta
el año 1977.
Durante este lapso de tiempo, Manuel Piñeiro se transformó en artífice de las relaciones de Cuba con los
movimientos revolucionarios y sociales emergentes dentro del Tercer Mundo. Dirigentes políticos y
líderes populares de América Latina, Asia y Africa, recibieron el influjo de su carismática personalidad y,
cuando le fue posible, el apoyo solidario a sus proyectos.
Como parte de su trayectoria política, Manuel Piñeiro, fue fundador del Partido Comunista de Cuba y
asistió como delegado en los cinco primeros congresos. Quedó como miembros del Comité Central desde
su constitución, hasta 1997.
Participó en distintos Congresos Internacionales y eventos, representando al partido y el estado, tanto en
Cuba como en el exterior.
Entre las medallas y condecoraciones que ostentaba, por mencionar algunas de las más significativas, se
encuentran las siguientes: Clandestinidad, Guerra de Liberación, del Grama, del Moncada y las de
Seguridad del Estado y las FAR.
También recibió condecoraciones de varios países del campo Socialista, Latinoamericano y Arabe.
DEFINICIONES POLÍTICAS DEL COMANDANTE PIÑEIRO
Refiriéndose a la significación del Comandante Ernesto Guevara, a vigencia y proyección de su
pensamiento en las nuevas condiciones mundiales y que constituyen aportes significativos al debate que
sostienen los revolucionarios en este fin de siglo, planteó:
“Estamos en un mundo unipolar, presidido por el imperialismo yanqui, y en esta época las circunstancias
son distintas, las consignas, las tácticas que nos enseñó el Che deben ser ajustadas a la nueva situación.
Sin embargo, esto no excluye la necesidad de seguir luchando por las transformaciones revolucionarias;
las frustraciones, las derrotas parciales del movimiento revolucionario y popular, no deben hacernos
perder las esperanzas. Los revolucionarios tenemos el deber de hacer la revolución, como indicó la 11
Declaración de La Habana. Mucho más en este mundo globalizado donde el capitalismo demuestra todos
los días su incapacidad para solucionar los grandes problemas de la humanidad: la explotación, la pobreza,
las discriminación sociales, económicas, étnicas, religiosas, sexuales, los niños de la calles, son el pan
nuestro de cada día.
Para intentar modificar esta situación, no queda otro camino que continuar lunchando contra el
imperialismo. No hay fórmula única ni dogmas. La manera de desarrollar esta lucha, debe ser decidida por
los movimientos sociales y políticos, por sus dirigentes, por sus organizaciones revolucionarias, según sus
circunstancia concretas; pero nada cambiará si no demostramos nuestra voluntad y decisión de modificar
el actual statu quo.”
Volviendo la mirada hacia su país y el proceso revolucionario del que fue protagonista, Piñeiro afirmó:
“Sobrevivimos por la férrea unidad y conciencia de nuestro pueblo, bajo el liderazgo del Comandante
Fidel. Por la convicción de la mayoría del pueblo cubano de que sólo el socialismo puede garantizar la
independencia de nuestra patria, las conquistas sociales y la construcción de un gobierno democrático, en
que nuestros hombres, nuestra mujeres y nuestros jóvenes son protagonistas y participantes de la obras
de la Revolución.
Sobrevivirnos porque tenemos un pueblo armado y un ejército revolucionario dispuesto a combatir y
hacer morder el polvo de la derrota a cualquier agresor que intente apoderarse de nuestra patria.
Y su conclusión final, síntesis de las convicciones forjadas a lo largo de su trayectoria revolucionaria fue
esta:
“La historia demuestra que sin la unidad de los revolucionarios, sin apoyo del pueblo y sin el ejemplo
oportuno de las armas, resulta muy difícil, sino imposible, realizar las transformaciones revolucionaria que
permitan alcanzar una sociedad más justa, solidaria, sin explotaciones, ni discriminaciones de ningún
tipo”.
APTITUDES Y RASGOS MAS DISTINTIVOS DE SU PERSONALIDAD.
Para quiénes tenían el privilegio de contarse dentro de sus amigos lo llamaban “El gallego”. Uno de ellos,
lo define como alguien a quien, a veces pudo juzgarse casi de impenetrable, por quienes no lo conocieron
verdaderamente, porque una vez conocido se podía captar su enorme sensibilidad, afectuosidad, su
lealtad extrema a los principios, la causa que defendía, La Revolución, y sobre todo hacia el Comandante
en Jefe Fidel Castro.
BIOGRAFÍA PIÑEIRO
Su capacidad de entregar una amistad sincera siempre estuvo presente entre sus rasgos afectivos, así
como, sus salidas joviales, e incluso, de un juicio incisivo o mordaz para quiénes lo merecía.
A DECIR DE ESTE GRAN AMIGO SUYO, ROLANDO RODRÍGUEZ:
“era multiplicador de dimensiones, su modestia, sencillez y austeridad eran proverbiales. También tenía la
rara virtud de saber reunir la cautela y la audacia, la disciplina y la iniciativa…”
Se consideraba como un trabajador de entrega total.
SEGÚN CRITERIOS DE SU ESPOSA MARTA:
“era capaz de planificar las más audaces arriesgadas empresas y al mismo tiempo tener una gran
sensibilidad para las cosas pequeñas.
Agrega además:
“No conozco a nadie que haya sido su subordinado en alguna de las distintas etapas de su vida que no
guarde de él los mejores recuerdos: mientras él fue jefe, jamás un funcionario amonestado o sancionado
dejó de contar con su especial atención. La mayor parte de ellos pasada la sanción, continuaban siendo
sus más fieles colaboradores. Lo vi apoyar a muchos compañeros cuando consideraba que habían sido
tratados injustamente sin tener en cuenta las consecuencias que de ello se podrían derivar…
Era una persona que jamás buscaba protagonismos y que nunca reivindicó para sí los éxitos que inspiraba.
Mantuvo su anonimato hasta unos meses atrás, ‐se refiere a julio de 1997cuando dio su primera
entrevista sobre el Che.
A decir de su esposa, también:
“Su fino sentido del humor era uno de sus rasgos más destacados. No había reunión social en la que él no
fuera el centro de animado grupo que celebrara sus inesperadas salidas con fuertes carcajadas. En la casa
por el contrario, era muy poco comunicativo. Jamás permitió que aflorara ninguna de sus preocupaciones
o sufrimientos. Su radical optimismo le llevaba a ver salidas aun a las mayores dificultades.
Su creatividad era asombrosa… Si algo le molestaba era la inercia de algunos compañeros que
reaccionaban demasiado lentamente ante las cambiantes situaciones. Sentía una especial inclinación por
los niños pequeños, lograba establecer con ellos un diálogo extraordinariamente fértil; para muchos de
estos niños el tío de la barba era el tío preferido… “
DATOS SOBRE LA VIDA PERSONAL DEL COMANDANTE PIÑEIRO
Contrajo matrimonio en dos ocasiones, una con la madre de su primogénito, al que le colocó su nombre. Y
otra con la periodista y escritora chilena Marta Harnecker, madre de su segunda descendiente, Camila.
A decir de Marta, su esposa:
“Éramos una familia feliz, la pequeña familia que constituimos con Camila, la familia mayor en la que
incluíamos a Manolito, su esposa Liliana, su hijita Gabriela y su primera esposa Lorna, que llegó a ser una
gran amiga para mí, y la gran familia de todos los fieles compañeros y amigos que se extendía hasta tierras
lejanas del planeta.
Manuel Piñeiro ‐según recuerda Marta trabajaba duramente pero también gozaba intensamente en los
pocos momentos que le quedaban libres. Una comida sencilla pero sabrosa, una siesta en la hamaca en
medio de la agradable brisa, unas horas en la playa, una breve película, los bellos atardeceres tropicales,
no les eran indiferentes. Bailaba maravillosamente bien.
Piñeiro era un fiel admirador del trabajo que desarrollaba su esposa marta, autora del libro “Haciendo
posible lo imposible: La izquierda en el umbral del siglo XXI”. Era gran propagandista de su obra, las
divulgaba en toda oportunidad que se le presentaba.
Como costumbres personales el comandante Piñeiro tenía el hábito de fumar tabacos, tomar café sin
azúcar y trabajar preferentemente por la madrugada. Sus temas predilectos de conversación versaban
sobre Cuba y América.
Por lo que representaba, para el enemigo, Manuel era calificado como misterioso y hasta dejaban caer
sobre él conjeturas imaginarias y tramas dignas de organizaciones balcánicas de principios de siglo. A él,
eso le movía a risa.
LA MUERTE DEL COMANDANTE PIÑEIRO
Refiriéndose a los pormenores o sucesos acaecidos días antes y hasta el fatal accidente, su esposa Marta
recuerda:
“… Se fue una noche para volver muy pronto y no regresó. El viaje era por pocos días, la despedida fue
corta. Manuel tenía todavía que leer algunos papeles antes de partir al II Frente Oriental “Frank País”
‐para conmemorar el 40 aniversario de su creación‐ y yo tenía que recuperar energías para continuar un
trabajo urgente al día siguiente.
Le preparé su maletín y me despedí… Como tenía que levantarse a las cinco de la mañana y no quería
despertarme durmió algo más de una hora en la hamaca de la terraza y partió silenciosamente…”
Al regresar de las actividades de conmemoración llamó a su esposa por teléfono, comunicándole su
emoción y felicidad al encontrarse en aquel acto con tantos compañeros de lucha.
Esa noche tiene una recepción en la Embajada de México, terminada la actividad, manejando
personalmente su carro, la diabetes irrumpe y en la Avenida 7ª cercana a su domicilio, perdió el control
del vehículo, al perder previamente el conocimiento, proyectándose contra un carro que se encontraba
estacionado.
cuando su esposa e hija llegaron al hospital se encontraba en un estado semi‐inconsciente, pero en menos
de una hora, sobreviene la muerte. Exactamente a las del día 11 de marzo de 1998.
Muchos de los que habían compartido con él en la Embajada de México momentos antes, no podían creer
la noticia: “Se veía tan vital, tan contento, de tan buen humor”, le decían a la esposa.
La muerte del Comandante Manuel Piñeiro Losada es una pérdida enorme para la Revolución, para el
pueblo cubano y en particular para Fidel, sus compañeros y familiares más allegados.
Con su partida se marca un hito en la página viviente de la historia de Cuba y de las luchas populares de
América Latina. Pero el recuerdo de su intensa vida personal, sobrevivirá en la memoria colectiva y será la
multitud la que preserve y cultiva la leyenda del entrañable Barbarroja. Esto ya comenzó en su propio
funeral, despedido en primer lugar por el Comandante Fidel Castro, y por una enorme cantidad de sus
amigos y compañeros, y en el que incluso, no faltaron diplomáticos de diversos países, que mezclaron sus
lágrimas, en un acto, en que solo la sensibilidad y el calor humano de Barbarroja pudieron concitar‐, con la
de todos los cubanos presentes allí para dar el último adiós al gran ejemplo de dignidad que fuera el
comandante Piñeiro.
SU MUERTE VISTA POR AMIGOS Y FAMILIARES
-FREI BETTO, DESDE BRASIL:
“solo nos queda agradecer al creador el don maravilloso que fue la vida de Piñeiro.
-VOLODIA TEITELBOIM, DESDE EL OESTE DEL CONO SUR:
“…protagonista valeroso de la Revolución Cubana que soñó y trabajó con denuedo por la liberación de los
pueblos latinoamericanos…”
DANIEL ORTEGA, DESDE MANAGUA, NICARAGUA:
“…entrañable hermano” y “ejemplar revolucionario”
ROLANDO MORÁN, LÍDER DE LA URNG DE GUATEMALA:
“ desoladora noticia…”
SHAFICK HANDALL, FMLN DEL SALVADOR:
“…consecuente e indoblegable compañero…”
-JUAN MARI BRAS, SOCIALISTA PUERTORRIQUEÑO:
“…una auténtica solidaridad que sobrepasa las obligaciones del cargo…”
“…Manuel Piñeiro simboliza aquél internacionalismo que caracterizó a la Revolución cubana desde su
surgimiento…”
-LA NUNCIATURA APOSTÓLICA DE LA HABANA:
“…una pérdida irreparable…”
ANTE EL CONOCIMIENTO DEL FALLECIMIENTO DE MANUEL PIÑEIRO SE RECIBIERON ALREDEDOR DE 400
MENSAJES, COMO LOS MENCIONADOS ANTERIORMENTE, QUE PROVENÍAN DE DIVERSOS PUNTOS DE
LATINOAMÉRICA Y DEL MUNDO. MENSAJES QUE SUS COMPAÑEROS DEL COMITÉ CENTRAL AGRUPARON
EN TRES TOMOS.
Y a modo de conclusión, quedan reafirmadas para la historia, las palabras de su esposa Marta haciendo
referencia a su muerte:
“Para todos nosotros, como para todos los compañeros que lo conocieron y aprendieron a respetarlo,
admirarlo y quererlo como a un hermano y amigo, él no ha muerto, él vive y vivirá para siempre porque
sus combates serán nuestros combates y sus sueños serán nuestro sueños.
Gracias Manuel por el ejemplo de tu vida, ya nadie te podrá separar jamás de nuestras esperanzas.”
Y COMO BIEN ASEGURÓ SU AMIGO ROLANDO RODRÍGUEZ:
“Ya no está entre nosotros pero…, de manera definitiva, ya no faltará nunca al pase de lista de los seres
legendarios…”
El Comandante Piñeiro era entrañable. Guardo inolvidables recuerdos de su inteligencia y su sensibilidad. Trabajé como periodista en Granma (1985-1989) y casi todas las noches Piñeiro visitaba a nuestro director, Jorge Enrique Mendoza. En cuanto me veía aparecer, me decía: «¡Sobrino, te veo lento…!» (con eso me queria decir que le llevara galletas con café con leche). Mi madre me mandaba desde Bayamo una galletas «serranas» riqúsimas, que a él le gustaban mucho. Tengo igualmente un afecto especial para su hijo, Manuel y para su madre, Lorna.
Solo quiero decir que si hoy, en 2015, en pleno Siglo XXI, América Latina asiste a un despertar, es gracias al Comandante Manuel Piñeiro Losada. Algún día lo explicaré con más detalles.
Gracias, camarada por compartir su experiencia, al final como decia Roque Dalton, son piezas de un solo retrato. Nosotros a Piñeiro le debemos mucho, al igual a los que asumieron, Arbizu, Abreu… y muchos mas abrazos camarada.
Roberto muy sabias tus palabras estamos a la espera de que nos cuentes algunos detalles de este querido Comandante Piñeiro!
Una flor para el pues vive en la memoria de todos los revolucionarios del mundo!!!